Por Arzobispo Gregory M. Aymond
Clarion Herald – 1/28/17
Usted compartió en la celebración de una Misa el fin de semana pasado, en la Iglesia de Nuestra Señora del Lago en Mandeville, con el nuevo grupo llamado “Las Bendiciones de de Dios para el Northshore”. Tuvo que estar impresionado por la asistencia de familias con sus hijos con necesidades especiales.
Realmente lo estaba. Durante unos 12 años, ha habido un grupo en el “Southsore” organizado por Joy, y Jay Zainey llamado, “Los Niños Especiales de Dios”, y se han reunido un domingo por mes para la Misa. Nos dimos cuenta de que había una necesidad creciente en el “Northshore” para un movimiento similar a este, y el Dr. Jan Lancaster, formó un grupo llamado “Las Bendiciones de Dios para el Northshore”. Esta es una oportunidad para que reconozcamos las grandes bendiciones de los niños con necesidades especiales, y para que la Iglesia pueda llegar a ellos.
Francamente, nosotros, como Iglesia, hemos hecho algunas cosas para niños con necesidades especiales en nuestras escuelas, en nuestras Iglesias y en nuestros programas de educación religiosa, pero no hemos hecho lo suficiente. Estamos muy conscientes del hecho de que el Señor, nos está llamando a hacer más, y queremos responder a esa llamada con gran entusiasmo.
En la preparación para la liturgia el domingo pasado, el comité de planificación, me dijo que esperaba de entre 50 a 75 ó 100 personas que asistirían. ¡Bueno, tuvimos 277! ¡Eso es muy importante! Había personas que tenían discapacidades leves y personas que tenían discapacidades severas.
En momentos como este, tengo que decir, como dijo San Juan Pablo II: “En los rostros de los demás, veo el rostro de Cristo”. Es muy fácil para mí en estas Misas y reuniones, ver el rostro de Cristo en aquellos que son jóvenes y mayores, pero que son inocentes y que están muy afectados por la debilidad física.
También, es un recordatorio para todos, lo que Jesús dijo: “Dejen que los niños vengan a mí.” Él no dijo si ellos se parecen a mí, o si son completamente capaces de funcionar. Él no dijo: “Que vengan a mí si tienen cierto CI, o si vienen de una clase determinada, o no tienen discapacidades”.
Es muy claro, que Jesús está diciendo: “Que vengan los niños a mí”. Que todos vengan a mí – ahora.
¿Cuál debe ser nuestra respuesta como Iglesia?
Diciendo lo que Jesús dice claramente, es nuestra responsabilidad de asegurarnos, de considerarlos, amarlos, verlos, y orar por ellos, como ellos son llamados por su nombre por Dios.
Una de las cosas que siempre me inspira es cuando hablo con algunos de los padres de estos niños con necesidades especiales, es que algunos de ellos, a veces pensaron o fueron fuertemente aconsejados para tener un aborto, cuando descubrieron que su hijo tendría una gran discapacidad.
Recientemente, una mujer me dijo que la gente la había animado a tener un aborto, pero ella dijo que sabía que llevaba una vida en su vientre, y que quería dar esa vida al mundo y a Dios. Eso es muy inspirador. Esto nos enseña todo acerca de la dignidad de la vida humana.
El Padre Dominicano Charles Latour, quien es el director de la Escuela Secundaria de Arzobispo Hannan, será el celebrante regular de la Misa para el grupo “Las Bendiciones de Dios para el Northshore”. ¿Qué dijo él en su homilía?
Reflexionó sobre el Evangelio dominical acerca de Juan el Bautista, reconociendo a Jesús cuando la gente se alineaba para ser bautizada en el río Jordán.
Juan el Bautista dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. El Padre Charlie habló sobre la importancia crucial de reconocer a Jesús. Dijo que cuando Juan el Bautista reconoció a Jesús, él gritó y dijo: “¡Oye, Jesús!” Y Él, lo conoció. Así, estamos llamados a hacer lo mismo en nuestra vida cotidiana; Estamos llamados a mirar hacia afuera, y ver a Jesús caminando entre nosotros – y debemos llamarlo como nuestro amigo.
Preguntas para el Arzobispo Aymond pueden ser enviadas a: [email protected]