Por Arzobispo Gregory M. Aymond
Clarion Herald – 5/13/17
El verano está casi aquí, lo que en Nueva Orleáns por lo general significa, vestirse aún más casual que en otras épocas del año. Sé que el tema de la vestimenta para la Iglesia es muy sensible, especialmente en un área donde hace calor nueve meses al año. ¿Cuál es su perspectiva sobre, cómo la gente debe vestirse para la Misa?
Tengo una mezcla de sentimientos sobre esto. Hay una parte de mí, que permanece agradecida a Dios, y es que la persona está en la Iglesia, independientemente de cómo él, o ella están vestidos. Ciertamente, me doy cuenta de que hay circunstancias individuales, en las que una persona pueda tener otras responsabilidades, y no pueda vestirse de manera que podríamos considerar apropiada, por lo que quiero ser sensible a eso. Al mismo tiempo, la Iglesia es un lugar sagrado – tierra verdaderamente santa. Es un lugar consagrado, donde encontramos a Dios de una manera única a través de las Escrituras, a través de la asamblea y de la Eucaristía. En cierto nivel, nuestra vestimenta habla de la importancia o naturaleza única de lo que estamos haciendo en ese espacio sagrado, adorando a Dios en la asamblea dominical. Cuando la gente va a eventos sociales como, bodas, aniversarios, graduaciones, las personas más a menudo, se visten con cuidado. Eso no quiere decir que estén vestidos de manera formal, pero están vestidos apropiadamente. ¿No debemos también tomar el mismo cuidado cuando vamos a la Iglesia para experimentar la presencia de Dios de una manera única a través de la Misa?
¿Cuál ha sido su experiencia, de cómo la gente se viste para ir a la Iglesia?
Creo, que nos hemos dado cuenta, de que hay algunas personas que a veces se visten demasiado casual para la Misa. En algunos casos, incluso, se podría cuestionar el nivel de modestia en el atuendo. Creo, que es importante para todos, notar que nuestro traje, no debe ser una distracción o tentación para otras personas. Esto va para los hombres y las mujeres. No creo que tengamos que usar camisetas que anuncien cerveza o que tengan palabras inapropiadas, que puedan ofender a otra persona. Una vez más, creo que la responsabilidad recae en cada individuo. Debemos actuar con caridad y responsabilidad, y no ser un obstáculo para la experiencia de adoración de otra persona.
¿El problema es también un relajamiento general de los códigos de vestimenta en la cultura?
Todo el mundo sabe acerca de Viernes Casual, “Casual Fridays” y cosas por el estilo. Menos gente usa chaqueta y corbatas, en el lugar de trabajo. Solía ser que, para entrar en un elegante restaurante en Nueva Orleáns, tenía que vestirse adecuadamente. Los hombres tenían que llevar una chaqueta y una corbata. Nadie podía entrar en un restaurante con chancletas. Esos días han desaparecido. Me doy cuenta de que cuanto más vivimos en una sociedad informal, ese código de vestuario relajado, se vuelve más la norma. Quiero ser realista, pero al mismo tiempo, me gustaría continuar planteando la pregunta: ¿La forma en que nos vestimos para la Iglesia, dice algo acerca de cómo vemos la importancia del evento? Quiero reiterar: Siempre estoy agradecido a Dios, que la gente esté en la Iglesia con el deseo de celebrar la Eucaristía. Para mí, la vestimenta es siempre una consideración secundaria. Sin embargo, merece nuestra consideración. No estoy seguro de cuánto se preocupa Dios de nuestra vestimenta, pero vestirse apropiadamente es una manera de decirle a Dios y a otros, que valoramos la Eucaristía, y la vemos como sagrada, como la fuente y cumbre de nuestras vidas como Católicos. Mi oración sería que la gente, realmente entienda lo que significa, y no ser una distracción para los demás en un momento tan sagrado. Me encantaría animar a más personas a vivir de acuerdo con el adagio de llevar su “mejor domingo,” no para mostrar, sino como una forma concreta de agradecer a Dios, y cuidar a nuestros vecinos de la próxima banca.
Pregunta para el Arzobispo Aymond, puede ser enviada a: [email protected].