Por Arzobispo Gregory M. Aymond
Clarion Herald – 9/23/17
La controvertida línea de preguntas de la senadora de California, Dianne Feinstein a un candidato a la judicatura federal – quien es natural de Metairie – ha creado una tormenta de fuego a cerca de la libertad del estado religioso en este país. ¿Cuál es su opinión, de lo que sucedió en la audiencia del Comité Judicial del Senado, el 6 de septiembre?
En primer lugar, permítanme establecer el escenario con algunos antecedentes importantes. Amy Coney Barrett es profesora de derecho en la Universidad de Notre Dame. Ella es la mayor de siete hijos del diácono Mike Coney, quien es un diácono permanente asignado a la parroquia de Santa Catalina de Siena en Metairie, y su esposa Linda. Amy asistió a la escuela de Santa Catalina de Siena, y se graduó de la escuela secundaria de las Dominicas de Santa María en 1990. Ella fue a la universidad de Rhodes en Memphis, y se licenció en inglés y un título de menor grado en francés, antes de decidir, ella deseó una carrera que le permitiera establecer raíces, y formar una familia. Por lo tanto, decidió ir a la escuela de derecho, y siguió los pasos de su padre, que es un abogado. El diácono Mike, me decía recientemente después de la Misa en la Catedral de San Luis, lo orgulloso que é y Linda están de su hija. Amy está casada con Jesse Barrett, quien es un abogado asistente de los Estados Unidos, para el Distrito Norte de Indiana. Los Barretts tienen siete hijos – cinco son sus hijos biológicos y dos niños los adoptaron de Haití. Su hijo biológico más joven, tiene necesidades especiales. ¡Qué increíble familia! Lo que ocurrió en la audiencia del 6 de septiembre, es un escalofriante recordatorio de que la libertad religiosa se está erosionando en los Estados Unidos.
La senadora Feinstein cuestionó a Amy sobre la defensa de Roe v. Wade, el fallo de la Corte Suprema de 1973, que hizo legal el aborto. La senadora dijo esto: “Cuando se leen sus discursos, la conclusión que se obtiene es que el dogma vive en voz alta dentro de ti. Y eso es motivo de preocupación, cuando se trata de grandes cuestiones por las que han luchado un gran número de personas en este país “. Esa línea de cuestionamiento es contraria a la Constitución de los Estados Unidos, que protege el libre ejercicio de la fe y rechaza las pruebas religiosas para las oficinas públicas. Me orgulleció de que Amy pudo responder a esas preguntas sobre su fe con honestidad. En un momento dado, cuando el senador Dick Durbin le preguntó si se consideraba una Católica “ortodoxa”, Amy respondió: “Si me estás preguntando que si tomo mi fe en serio, si soy Católica fiel lo soy. Aunque quisiera enfatizar que, mi afiliación a la Iglesia actual o mis creencias religiosas, no afectarían en el desempeño de mis deberes como juez.” Ella dejó claro que seguiría inquebrantablemente “todo precedente legal,” y en los casos raros en donde su conciencia no lo deja ser así, ella podría recusarse. Ella es una mujer de integridad.
¿Qué es lo que más le molesta, de la línea de preguntas?
Las preguntas que se le hicieron acerca de su fe, no estaban de acuerdo con la Constitución. Una persona que es candidata a la judicatura federal tiene el derecho de tener cualquier creencia religiosa. Este es otro ejemplo de que el gobierno trata de decirnos qué debemos creer o no. Si su posición sobre estas cuestiones hubiera estado de acuerdo con los senadores, tal vez esas preguntas no se hubieran formulado. Al final, ¿Cómo puedes separar tu fe de lo que haces, y cómo vives tu vida? Decir que las creencias de uno, no influiría en el proceso de toma de decisiones, es ilógico. Sin embargo, Amy dijo que seguiría los precedentes legales, y se recusaría a si misma, si sus creencias religiosas no le permitieran hacerlo. El gobierno no puede decirnos que no usemos nuestra fe. Algunas personas insistirán, en que el gobierno no está realmente interfiriendo con nuestra libertad religiosa, pero la realidad es que el gobierno nos está diciendo que, podemos practicar nuestra fe dentro de la Iglesia, pero no practicarla fuera de ella. Eso suena como semántica – pero la libertad de culto, no es lo mismo que la libertad de religión. La libertad de religión es un concepto mucho más amplio, y debemos permitirnos llevar nuestras creencias religiosas a todas partes. En lugar de simplemente evaluar los méritos profesionales de la candidata a la judicatura federal, varios senadores desafiaron su aptitud – debido a su fe Católica – para servir. Eso está mal. Debemos permitirnos practicar nuestra fe Católica libremente y sin disculpas.
¿Qué han hecho los obispos estadounidenses sobre la batalla por la libertad religiosa?
Hemos creado un comité ad hoc sobre la libertad religiosa en el pasado, pero ahora ese comité se ha hecho permanente. Habrá una elección, para elegir al obispo para presidir ese comité. Como han indicado los acontecimientos recientes, este será un recurso necesario que los obispos utilizarán para mantener la vigilancia sobre los ataques, que cada vez son mayores a nuestra libertad religiosa.
Preguntas para el Arzobispo Aymond pueden ser enviadas a: [email protected].