Por Arzobispo Gregory M. Aymond
Clarion Herald – 4/15/17
¡Felices Pascuas!
Les extiendo mis oraciones y las bendiciones del Cristo Resucitado.
La Pascua, primero nos llama a ir a la tumba donde Jesús fue enterrado. Nosotros, como María Magdalena y la otra mujer, entramos en la tumba, y vemos que está vacía.
En Mateo 28: 1-10, el ángel va a las mujeres, y dice: “No tengan miedo. Él ha resucitado de entre los muertos. Tal como Él dijo. “En oración, entramos en la tumba, esta tremendamente oscura. Sin embargo, cuando el ángel nos dice que, Jesús ha resucitado, la luz brilla. “¡No tengan miedo!”
Usamos eso, como un símbolo en la Vigilia Pascual. Dentro de una Iglesia completamente oscura, entramos con la vela de Pascua, y sostenemos la vela en alto, y decimos: “¡Cristo, Nuestra Luz!”
El Cristo Resucitado es nuestra Luz. Eso es lo que celebramos en la Pascua: que Jesús vivió entre nosotros, y fue uno de nosotros, y como nosotros en todo, menos el pecado. Él sufrió una muerte muy cruel, y fue enterrado, sólo para levantarse, para regresar al Reino del Padre, y continuar caminando con nosotros en el viaje de la vida.
¡Cristo es nuestra Luz!
Para usted y para mí, en esta Pascua, le pedimos a Cristo la Luz, al Cristo Resucitado, que brille en las tinieblas de nuestras vidas, donde quiera que sea.
La oscuridad puede ser una lucha dentro de la familia; Puede ser, nuestra propia debilidad en la que estamos tratando de trabajar, pero seguimos cayendo de nuevo en el pecado; Podría ser una adicción; Podría ser un sentimiento de desesperación, o de insuficiencia; Podría ser, la gente que nos rodea, la que trae la oscuridad a nuestras vidas, o la oscuridad de la guerra en todo el mundo.
Sea cual sea la oscuridad, en el tiempo de la Pascua, estamos llamados a traer nuestras tinieblas al Señor Jesús. Como Cristo Resucitado, Él viene a traernos luz, y esperanza.
Eso no sucede de repente, pero creemos, y esperamos su respuesta. Somos un pueblo de fe, un pueblo de creencia, en su tiempo, y a su manera, que lo que es oscuro en nuestras vidas, Cristo Resucitado traerá su luz, quien nadie más podría dar.
Que el Señor los bendiga, mientras celebramos esta gran fiesta de la Pascua. Que Jesús, el Cristo Resucitado, sea la luz en su vida, y que ustedes lleven esa luz a otros, por la forma en que usted los respeta, de la manera en que usted los ama, por la forma en que los cuida, y comparte su fe.
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