Por Arzobispo Gregory M. Aymond
Clarion Herald – 2/11/17
Usted convocó a un grupo el año pasado, para examinar el flagelo de la pornografía en la sociedad y los efectos dañinos que ha tenido en la familia. ¿Ha estado este problema en su corazón por mucho tiempo?
Si, lo ha estado. Al igual que tantos otros, me preocupa que la pornografía se haya difundido en nuestra sociedad.
Es la mayor adicción en el mundo en este momento, y muchas veces me he dicho: “Eso es un problema real”.
Entonces, un día en oración, se hizo obvio que la voz que escuché me decía: “¿Qué vas a hacer al respecto?” Y, por lo tanto, hemos comenzado algunas iniciativas para abordar esto dentro de la archidiócesis.
¿Qué pasos ha tomado?
Durante el año pasado, un comité que formamos encabezado por Michael Whitehouse, de la Oficina de Educación Religiosa, ha estado estudiando iniciativas que podrían ayudarnos a abordar la cuestión de la pornografía.
Nos damos cuenta de que algunas personas lo están usando casualmente; algunas personas son adictas.
También, creemos que la gente está buscando ayuda en este sentido, y se ha convertido en epidemia. No nos sorprendería, por ejemplo, que las personas del cuarto grado, hayan estado expuestas a la pornografía.
La edad media a la primera exposición a la pornografía es entre 8 y 11. El grupo más grande que utiliza la pornografía varía entre las edades de 12 a 17.
A veces, estos niños, ya son adictos cuando están en octavo grado. Y sabemos que muchos adultos luchan con esto. Nuestro involucramiento en este tema, no es de ninguna manera negativa o de juicio.
Simplemente estamos diciendo que, este es un problema en nuestra sociedad, y nos gustaría ayudar a ser parte de la solución, y abordarla de una manera cristiana.
No estamos lanzando piedras; simplemente, estamos ofreciendo ayuda. Este comité ha formulado sugerencias concretas sobre lo que podemos hacer.
¿Cuál será el primer paso?
Lo primero es, sensibilizar a la gente sobre la increíble disponibilidad de la pornografía, y cómo afecta aun a los niños. A finales de marzo, vamos a recibir a cientos de personas, en un taller de dos horas, sobre el tema de la pornografía.
Invitamos a todos los sacerdotes, presidentes de escuelas y directores, consejeros, líderes de catequesis de la parroquia y de la escuela, ministros de la juventud, ministros de campus, directores de IT y coordinadores de tecnología.
Cuando nos dimos cuenta a cuántas personas implica esto – casi 800 personas – decidimos ofrecer el taller dos veces.
Lo ofreceremos una vez el lunes por la noche, 27 de marzo, y una segunda vez, el martes por la mañana, 28 de marzo. Esto permitirá que todos reserven un lugar para asistir, y su asistencia es muy importante para mí.
Uno de los objetivos principales del taller inicial será, aumentar la concientización acerca de cómo la pornografía se ha generalizado y porque este es un asunto tiene que ser abordado.
Ryan Foley, quien es un consultor de seguridad en Internet y vicepresidente de desarrollo de negocios de Covenant Eyes, será nuestro presentador del tema “Criando Niños Castos, en un Mundo Pornográfico”.
También, veremos el documento de 2015, de los obispos estadounidenses, “Crear en Mí un Corazón Limpio: Una Respuesta Pastoral a la Pornografía”. Discutiremos lo que podemos hacer, para ayudar a aquellos que luchan con la pornografía.
Otro objetivo, sería proporcionar cierta sanación, a las personas que han sido afectadas emocionalmente por esta adicción. Ya tenemos dentro de la archidiócesis un grupo llamado, el “Grupo de Hombres de Mi Casa,” que da apoyo a los hombres que son adictos a la pornografía.
También, queremos llegar a los miembros de la familia, que han sido afectados por la adicción a la pornografía, por un ser querido.
En última instancia, nos gustaría formar otros grupos, donde la gente podría venir anónimamente, y hablar de esto de una manera privada, y obtener la ayuda, y el apoyo que necesitan.
Una de nuestras esperanzas es, que esta presentación, ayude a normalizar la conversación sobre pornografía, para que podamos abordar sobre el “elefante en la habitación” que esto es algo aceptable. Queremos quitarnos el velo y decir “no”. La pornografía es una crisis de salud pública.
¿Por qué se ha convertido en un problema tan grande?
Hace años, tendrías que ir a la farmacia o a alguna otra tienda para comprar una revista. Pero ahora, todo el mundo lo tiene disponible. Está en sus computadoras portátiles, sus teléfonos y sus televisores.
Estamos preocupados por nuestros hijos. Sé que podemos poner todo tipo de barreras para ayudar a evitar que los niños accedan a la pornografía, pero, el hecho es que no hay manera del 100 por ciento de proteger a los niños de esto.
Además, no queremos solo evitar que se acerquen a la pornografía, lo que es más importante, tenemos que enseñarles la moralidad, para que cuando estén expuestos a ella, ahora o más tarde, puedan tomar buenas decisiones morales.
Tenemos la responsabilidad moral de formar a nuestros hijos, y hacerles entender el verdadero significado del plan de Dios para sus vidas, para sus cuerpos y para la sexualidad humana. Necesitan oír la verdadera voz de Dios.
Preguntas para el Arzobispo Aymond se pueden enviar a: [email protected].